Querido diario. Estoy muy ansiosa, mañana es mi cumpleaños número 11, estoy preparando juegos para mis amigas que vienen a casa después del cole. Pero me quise hacer un ratito para escribirte, porque hoy me levanté con un poco de dolor en mis pechos y mamá me dijo que era normal, que en cada cumpleaños, de ahora en más, iba a sentirme diferente.
Y no se equivoca, cuando miro mis axilas y debajo de la bombacha tengo pelitos, que también son nuevos. Una vez la vi a mamá y también tenía así que creo que es normal.
Si bien a veces me asustan un poco estos cambios, estoy contenta porque mamá me dijo que como estoy creciendo mucho me iba a regalar ropa y zapatillas nuevas, porque las que tengo me quedan chicas. Que lindo es crecer!
La verdad es que yo me siento diferente, no soy la misma que festejó su cumple el año pasado. Le pedí a mamá que no decore la casa como suele hacerlo, no me gustan más esos colores, no quiero tantos globos, quizás estaría mejor poner música y bailar mucho, eso sí nos divierte con mis amigas.
Ayer Clara, mi mejor amiga, me dijo que mirándose con un espejito pudo ver su vulva y dijo que era horrible. Hoy cuando terminé de bañarme también me miré, y es todo tal cual me había contado mamá. Lo primero que ví fueron mis pelitos, esos que salen de los labios más grandes, cuando me abrí despacito vi otros labios pero sin pelos y re finitos, esos seguro que son los menores. Y cuando abrí un poquito más vi mi vagina, ahora entendí! No es lo mismo la vulva que la vagina me decía mamá! Y tenía razón… como la mayoría de las veces.
Cuando estemos solas le voy a preguntar cómo ver mis ovarios y mi útero, porque con el espejito no llegue a verlos, y si mal no recuerdo están dentro de mi panza.
Me acuerdo una tarde donde mamá y la abuela me dijeron que dentro de poco iba a descubrir que tenía dos corazones, el que late en mi pecho y el que tengo en mi panza, que lo llaman útero. Y sabés por qué se parece a un corazón? Porque nos da fuerza, creatividad, y vida. Además por el corazón corre sangre, y por el útero también, pero que todavía se estaba fabricando. La sangre de mi útero la fabrican mis ovarios, cuando estén listos iba a poder verla salir por mi vagina…
A veces me acuerdo de eso y miro a ver si está todo listo, pero se ve que todavía está preparándose. Me dolerá? Cómo será ese momento?
Bueno me voy a seguir preparando las sorpresas de mañana. Gracias por escucharme querido diario, me encanta contarte las cosas que me pasan y las que también me cuentan mamá, la abuela y mis amigas. Queda todo en secreto, entre vos y yo. Mañana te vuelvo a escribir.
Dra. Melisa A. Pereyra