Livia es un dispositivo que utiliza una tecnología conocida como TENS (estimulación eléctrica nerviosa transcutánea, o sea, a través de la piel), que mediante unos electrodos estimula los nervios de la pelvis para que no llegue la sensación dolorosa al cerebro. Esta tecnología se basa en la «Teoría de la compuerta»: Livia transmite un pulso que mantiene a los nervios “ocupados”. Tener los “Nervios ocupados” significa que la compuerta nerviosa está cerrada, por lo tanto las señales de dolor no pueden pasar, y no se las siente.
Es un pequeño dispositivo portátil que proporciona alivio casi al instante a los dolores relacionados con la menstruación en tres pasos: los electrodos (son dos) se colocan en los puntos de mayor dolor, el dispositivo se engancha al cinturón o en el bolsillo, y luego se prende.
Livia dura hasta 15 horas con una sola carga (se carga con un cable tipo USB), no interfiere con el ciclo menstrual ni con el equilibrio hormonal. Este dispositivo es una alternativa natural e innovadora para los analgésicos y las bolsas de agua caliente.
Livia está destinado para el alivio de dolores menstruales sin patología subyacente. Sobre todo para quienes busquen alternativas holísticas. Las mujeres que tienen marcapaso cardíaco no deben usarlo. El valor actual en el mercado es de US$ 190 aprox.
Ahora bien, les hago un brevísimo resumen de los “dolores menstruales” que es el tema que me compete.
El dolor abdominal que sentimos días antes o durante la menstruación se llama “dismenorrea”. Puede aparecer hasta 3 días antes de empezar a menstruar y/o durante la menstruación, tendiendo a ser más intenso 24 horas después del inicio de la menstruación. Por lo general es un dolor constante, una sensación de hinchazón y malestar, pudiendo hacerse más intenso por momentos, ahí es cuando al dolor se lo llama cólico; el dolor hasta puede irradiarse hacia las piernas.
Los dolores de cabeza, la alteración del ritmo evacuatorio, el dolor en la espalda baja o la sensación de querer ir a orinar a cada rato también son comunes.
La dismenorrea puede ser primaria y secundaria.
En la dismenorrea primaria, los síntomas no pueden explicarse por ningún problema ginecológico particular. El dolor se debe a las contracciones uterinas y la falta de oxigenación de las fibras musculares del útero, causadas por sustancias que liberan nuestro cuerpo llamadas prostaglandinas y otras sustancias inflamatorias producidas en el endometrio.
La dismenorrea primaria comienza dentro del primer año después de la primera menstruación.
Los síntomas tienden a disminuir con la edad y después del embarazo.
En la dismenorrea secundaria los síntomas se deben a una causa. Casi cualquier anormalidad o proceso que pueda afectar a los órganos de la pelvis pueden causar dismenorrea.
Las causas más frecuentes son
• La endometriosis
• La adenomiosis uterina
• Los miomas
• Los pólipos en el cuello uterino
• Tener colocado un DIU (el diu de cobre particularmente provoca más dolores menstruales que el hormonal Mirena)
Las causas menos comunes incluyen malformaciones congénitas (p. ej., el útero bicorne, útero subseptado, tabique vaginal transverso), quistes ováricos y tumores, enfermedad inflamatoria pelviana, la congestión pelviana, adherencias intrauterinas, dolor psicógeno.
En general, la dismenorrea secundaria comienza durante la adultez, a menos que se deba a malformaciones congénitas.
El tratamiento sintomático tiene como pilar el descanso adecuado, tener un sueño regular y hacer ejercicio. Una dieta baja en grasas y suplementos nutricionales como ácidos grasos ω-3, semillas de lino, magnesio, vitamina E, cinc y vitamina B1 son potencialmente efectivos.
A las mujeres con dismenorrea primaria, se les debe confirmar la ausencia de trastornos ginecológicos estructurales.
Si el dolor persiste, habitualmente se intenta el tratamiento con analgésicos comunes que alivian el dolor e inhiben las prostaglandinas. Se inician 24 a 48 horas antes y se continúan hasta 1 o 2 días después de que empieza la menstruación.
Si estos analgésicos no son efectivos, se puede intentar la supresión de la ovulación con un anticonceptivo oral con bajas dosis de estrógenos y protestágenos (debería usarse como último recurso)
La hipnosis está siendo evaluada como tratamiento. Otros tratamientos propuestos no farmacológicos, como la acupuntura, la acupresión, la terapia quiropráctica y la estimulación eléctrica transcutánea de los nervios no han sido bien estudiados pero podrían beneficiar a algunas pacientes.
Tenes dolores menstruales? Conocías Livia? Lo probarías? Me voy a poner en campaña para averiguar más info con evidencia cientifica sobre sus resultados 🙌🏻