En qué momento fue que arrebataron nuestra escencia de mujeres? Cuándo fue que nos desconectaron de nuestra díada cuerpo-alma? Cada vez rodeadas de más tecnologías y redes que nos unen hasta con el rincón más recóndito del planeta y aún así no podemos distinguir emociones, cambios y sensaciones dentro de nuestro “envase” de metro sesenta y cuatro (al menos esa es mi estatura). Estudié medicina como ciencia, y la practico como tal, pero a mí, después de 10 años de estudio (y más) nadie me avisó que la ginecología estaba sesgada por el hombre. Admiro y tengo como referentes a muchos médicos que han logrado avances extraordinarios en el campo de la ginecología y obstetricia, y médicos que su trabajo diario ofrecemos cura, mejoría, excelente expectativa de vida frente a patologías por las que antes las mujeres moríamos. Es indiscutible que la ciencia y la medicina son grandes aliados, buscamos lo que sea comprobable, que pueda justificarse, presentándose en la gran mayoría. Gracias a estos avances la expectativa de vida es mucho mayor y las tasas de complicaciones durante el período prenatal y postnatal disminuyeron. Pero en qué momento de este gran avance que data de cientos años nos vendaron los ojos? Por qué se consideró medicina o cuerpo-alma, como si fueran dos corrientes opuestas? Alguna vez te habrán dicho: “no te viene la menstruación porque estas atravesando un momento difícil” o “ese flujo no se te va a ir hasta que bajes el estrés” o “es normal que te sientas así por las hormonas”. Nosotros lo damos por sabido, pero ustedes realmente tienen conocimiento de sus cambios hormonales y los que estos mismos causan en nuestro cuerpo? Cambios de humor, flujos de muchos tipos y colores, molestias en las mamas y dolores en la panza, “eso es normal” te dicen, y vos pensás, si vengo hasta acá es porque no lo considero normal para mí. Y así es como la venda en los ojos no nos permite distinguir lo esperable, sano y cíclico de nuestra naturaleza de lo que está mal y debe ser tratado a tiempo.
“La medicina se volvió control del cuerpo , y la ginecología “ciencia de la mujer”, quedó exclusivamente en manos de varones, como autoridades indiscutibles. En cambio, los ciclos naturales comenzaron a percibirse como burdas y anticuadas herejías, que atentaban contra los milagros del progreso. Cómo si una voz nos dijera: es que nada puedes saber tú de ti misma, simple mujer ciega, triste remedo del patriarcado poderoso…” (Manual introductorio a la Ginecología Natural, Pabla Pérez San Martín)
Ojalá podamos todas distinguir nuestro día de ovulación, sin tener que acuidir a medios sistematizados, percibir cuando se acerca nuestra menstruacion y comprender que ese dolor intenso en las mamas o hinchazón en el “bajo vientre” es propio de esa etapa el ciclo. O darnos cuenta cuando ya nos estamos acercando a la Menopausia, o tan hermosamente llamada “Plenopausia” en el libro que les cité más arriba. Hay mucho por hablar, tenemos tiempo, tenemos toda la vida.