La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurológica, crónica y autoinmune que se presenta generalmente en adultos jóvenes, y en su mayoría en mujeres.
Afecta el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) dando síntomas neurológicos como alteraciones en la vista, fuerza, sensibilidad y/o equilibrio.
El Sistema Nervioso Central, el sistema inmunológico y hormonal juega un papel fundamental en la progresión y expresión de esta enfermedad, por eso es que se diferencia tanto entre el sexo femenino y el masculino, y la presentación de la misma en cada uno.
En muchos casos la enfermedad comienza en la edad fértil de una mujer, es decir que se diagnostica entre los 20 y 40 años, pero en otras podría ser diagnosticado en la niñez.
La mielina es la capa protectora que cubre las fibras nerviosas de nuestro Sistema Nervioso, y en la EM, esta mielina está dañada por el sistema inmunológico.
El sistema inmunológico, normalmente encargado de defendernos de agresiones externas como infecciones, no reconoce la mielina como propia y en consecuencia, la lesiona. Si la mielina se destruye, la habilidad de los nervios para conducir impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro se interrumpe y este hecho produce la aparición de síntomas.
La causa de la EM se desconoce hasta hoy, pero se reconoce la existencia de factores genéticos, que si bien no son absolutamente determinantes, generan una predisposición a padecer la enfermedad. Sobre esta predisposición genética uno o más factores ambientales podrían influir en el desarrollo de la EM.
Tener EM implica un serio impacto en el ámbito familiar, social y económico y laboral, y en las mujeres hay varios temas para abordar en ginecología.
La EM no es contagiosa, ni hereditaria, ni mortal. No tiene cura por ahora, pero sí hay medicación para controlarla, ya sea para atenuar o espaciar los brotes o remisiones, o enlentecer la progresión.
ESCLEROSIS MULTIPLE EN EL EMBARAZO Y PUERPERIO
Durante el embarazo se reduce la tasa de recaídas, sobre todo en el tercer trimestre, fundamentalmente debido a los niveles altos de estrógenos. En cambio, durante el puerperio, y más aún los primeros tres meses, cuando disminuyen estos niveles hormonales, la probabilidad de sufrir un brote es mayor.
Las mujeres que han sufrido recaídas en el año anterior al embarazo tienen más riesgo de sufrir recaídas después del parto. Aproximadamente, un 30% de las mujeres sufren brotes en los 3 primeros meses tras el parto. Pasado este periodo de tiempo, la enfermedad vuelve a comportarse como los años anteriores al embarazo.
No se informaron mayor número de abortos o complicaciones en mujeres con EM respecto de la población en general. De todos modos siempre se debe evaluar a cada paciente en particular ya que no es lo mismo asesorar a una mujer con EM progresiva con cierta discapacidad a una paciente con EM que se haya mantenido estable, asintomática y sin brotes en los años previos al embarazo y que no haya requerido tratamiento.
En caso de que se decida planificar un embarazo, se recomienda consultar con su neurólogo previamente.
El embarazo no modifica el pronóstico de la enfermedad a largo plazo. Es decir, que si una mujer está destinada a sufrir una forma progresiva de EM, tenga o no tenga hijos, la sufrirá. En cambio, si está destinada a padecer una EM con un pronóstico favorable seguirá comportándose así, independientemente de los embarazos.
En general se aconseja suspender el tratamiento durante el embarazo ya que no hay estudios que confirmen los efectos que puede tener sobre el feto. Pero siempre debe ser evaluada en conjunto con obstetra y neurólogo.
Cuando una paciente decide planificar el embarazo se le recomienda que se encuentre estable de la EM. Se recomienda suspender el tratamiento inmunosupresor o inmunomodulador antes de la gestación y reanudarlo, cuanto antes, tras el parto.
En algunos casos concretos, dependiendo del tipo de tratamiento inmunosupresor, será necesario esperar un intervalo de tiempo prudencial entre la suspensión del fármaco y la planificación del embarazo. En otros casos, con algunos fármacos inmunomoduladores, no es necesario este intervalo de espera.
En cuanto a la administración de anestesia general, local o epidural no existe contraindicación neurológica. El tipo de anestesia NO influye en el riesgo de sufrir recaídas posteriores. Lo mismo ocurre en otro tipo de intervenciones quirúrgicas que requieran anestesia.
ANTICONCEPCION EN PACIENTES CON ESCLEROSIS MULTIPLES
Es necesario el uso de algún método anticonceptivo en la mujer tratada con ciertos fármacos. No existe contraindicación para el uso de anticonceptivos hormonales en pacientes con esclerosis múltiple, aunque debe considerarse que en general se requiere un tiempo más o menos largo tras su suspensión antes de recuperar la función ovárica. El uso del anillo vaginal (al tener una dosis hormonal muy baja) permite recuperar la función ovárica en muy poco tiempo y puede ser una buena alternativa a los anticonceptivos orales. Sin dejar de lado las opciones no hormonales que son variadas como el preservativo, diu de cobre, diafragma, entre otros.
LACTANCIA MATERNA Y ESCLEROSIS MULTIPLE
En general, la mayoría de síntomas de la EM mejoran o se estabilizan durante la gestación, y es en el postparto cuando pueden aparecer recaídas o brotes por lo que hasta hace unos años, la lactancia se desaconsejaba a estas pacientes.
Pero actualmente se deja en claro que el riesgo de recaída o brote se debe a la vuelta a la normalidad del sistema inmunológico, y que la lactancia no afecta en ningún caso.
La lactancia sería beneficiosa para las mujeres con EM. De hecho, un estudio publicado sugiere que la tasa de recaídas durante los primeros meses es menor si se amamanta al bebé. Amamantar al bebé será recomendable en función del tratamiento que siga la paciente y la recomendación del neurólogo.
No obstante, la lactancia materna no es recomendable si se toman ciertos fármacos como la metilprednisolona para una posible recaída postparto, ya que pueden pasar a la leche materna. En estos casos se puede extraer la cantidad necesaria antes del tratamiento para poder usar la leche al empezarlo.
Hay varias opciones para consultar si podes continuar con la lactancia durante el tratamiento que tengas indicado por tu neurólogo. Asesorate con profesionales capacitados en el tema para poder continuar con la lactancia la mayor cantidad de tiempo posible si lo deseás.
MENOPAUSIA Y EM
Existen muy pocos estudios sobre la influencia de la menopausia en la EM. Muchas veces, estas etapas coinciden en el tiempo con el cambio o evolución progresiva, pero se cree que son hechos independientes. Respecto a la anticoncepción hormonal y los tratamientos sustitutivos, se recomienda consultar con el ginecólogo y seguir las mismas indicaciones que la población general.