El parche anticonceptivo se adhiere a la piel con un adhesivo. Parece un curita brillante color beige que se coloca en las partes del cuerpo donde no haya muchos pelitos como en la espalda, la panza, zona glútea, etc. Este adhesivo libera hormonas que se absorben vía cutánea ofreciendo un método anticonceptivo asombrosamente seguro. Al igual que los anticonceptivos orales combinados, liberan estrógenos y progestágenos e inhiben la ovulación. ¿Cómo se utilizan?
La caja contiene 3 parches anticonceptivos. El primer parche se aplica durante las primeras 24 horas de haber iniciado la menstruación, cada parche se aplica una vez por semana y se cambia cada semana, el mismo día. En la cuarta semana no se aplica el parche y es donde se presenta la menstruación o sangrado por deprivación. A la quinta semana se inicia una nueva caja de 3 parches siguiendo las mismas indicaciones. El parche tiene una cubierta de plástico transparente, la cual se debe levantar de una esquina hasta llegar a la mitad, evitando tocar la superficie adhesiva. Se pega en una parte de la piel seca y limpia, evitando cremas, talco, etc., removiendo el resto de la cubierta de plástico a continuación. Hay que asegurarse que los bordes del parche estén bien pegados, así como también el resto del adhesivo. Los lugares de aplicación deben ser diferentes uno entre otro. Y es importante que verifiquen que este bien colocado después de bañarse, ir a la pileta, etc. Si el parche se despega se retira y se coloca otro inmediatamente. Algunas usuarias podrían presentar sangrado entre las menstruaciones, dolor de cabeza, aumento de la sensibilidad mamaria, mareos, náuseas, vómitos que ceden durante los primeros 3 meses de su uso. También podrían presentar enrojecimiento o irritación en la zona donde son colocados. Si estos síntomas persisten deben evaluar cambiar de método anticonceptivo.
Habría que prestar bastante atención en mujeres obesas o con sobrepeso ya que el parche puede resultar menos efectivo. Dudas👇#gineconline