Un útero, aumentado de tamaño a expensas de varios miomas y un dispositivo.
Los miomas uterinos (o los llamados “fibromas”) se forman consecuencia de un crecimiento exagerado de unas células del útero, y se ven como esas bolitas blancas que muestra la foto. A veces más grandes otras más chicos… creciendo desde el grosor del utero hacia adentro o hacia afuera. Son los tumores BENIGNOS más comunes que tiene la mujer en su tracto genital. La mayoría son pequeños, asintomáticos, es decir que no dan síntomas y se descubren por una ecografía control, como un hallazgo, sin embargo, de acuerdo a su localización y tamaño pueden causar diferentes síntomas como: hemorragia uterina anormal, síntomas por compresión pélvica (dolor abdominal, molestias durante las relaciones sexuales, problemas para orinar o defecar, etc) e infertilidad, por ocupar lugar donde debería implantarse el embrión, impidiéndolo.
Los miomas tienden a crecer durante los años reproductivos y disminuir de tamaño después de la menopausia ya que se “alimentan” de los estrógenos, y mientras haya estrógenos habrá posibilidad de crecimiento del mioma.
Los miomas que se tratan son los que dan síntomas, y el tratamiento puede ser médico (con diferentes tipos de medicaciones) y/o quirúrgicos.
En la gran mayoría de los casos pueden controlarse, pero si dan síntomas, se deberán tratar.
El utero de la imagen está cortado a la mitad, su tamaño está aumentado y se ven claramente los miomas. El dispositivo que se ve es un DIU, que a veces puede utilizarse para sangrados abundantes, pero no es un tipo de tratamiento que disminuya el tamaño del mioma por lo que la elección de tratamiento es personalizado según cada mujer.
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