La palabra que no nos gusta
A la hora de tener una charla sobre menstruación,
la elección de palabras toma protagonismo.
Hay miles de cuerpos menstruantes en el mundo y muchas mujeres que ya transitaron por lo mismo que le va a pasar a ella. Nada es “raro” o está mal.
Es importante transmitirle que nunca estará sola y que el camino para
conocer su cuerpo dura muchos años, incluso toda su vida.
Con el tiempo, empezará a conocer cómo es su menstruación y cómo funciona
su cuerpo. Si ella nota algún cambio o molestia, siempre cuenta con la ayuda
de su ginecóloga.
“Normal” se ha transformado en un adjetivo con una connotación algo negativa.
Implica que todo lo que no sea normal es anormal y, en consecuencia, está mal.
Menstruación y sexualidad
La primera menstruación, o menarquia, es considerada por la sociedad actual como un momento de crecimiento y de cambio. Muchas veces asociado erróneamente a la madurez sexual.
Nuestra cultura, religión y la forma en la que nos criaron, moldean la manera en la que experimentamos nuestra primera menstruación.
Contale que posiblemente escuche la famosa frase: “¡Felicidades! Sos señorita” o “Cuidado con los chicos!”, pero que ella se tiene que quedar tranquila porque no es una señorita. Tener su primera menstruación no la convierte en una mujer.
Todavía es una niña con una adolescencia por transitar.
Cuando estos valores se transmiten de manera temprana, es muy probable que permanezcan en ellos hasta la edad adulta.
Inevitablemente, luego de la primera menstruación, su cuerpo se ve “sexualmente” marcado. Por un lado, por su capacidad reproductiva y, por el otro, por el desarrollo de otros caracteres puberales, como las mamas o las caderas.
Podés aprovechar este momento para contarle lo que son los métodos anticonceptivos y como se usan, si tiene curiosidad en esos temas.
Es importante que la ayudes a entender su sexualidad de una forma facil, sana y natural, entendiendo que el sangrado refleja un estado saludable en su cuerpo, y cuando falta quizá el cuerpo nos esté dando señales.
Menstruación y cultura
Socialmente, la menstruación continúa siendo algo escandaloso. En muchas culturas, se considera asqueroso e incapacitante. Posiblemente, sea complicado que la niña entienda por qué la gente piensa así. A nosotros como adultos todavía nos cuesta entenderlo.
Lo importante es trasladarle seguridad, confianza y educación para que ella pueda diferenciar un mito de la realidad.
La menstruación es algo que atravesará varios aspectos de su vida y no es algo que deba vivir en la intimidad de su baño. Y, a través de la educación menstrual, logramos derribar los tabúes y nos aseguramos que las niñas tengan una menarquia positiva.
Lo lindo de menstruar es que no le pasa solo a ella, somos una gran comunidad de cuerpos menstruantes que todos los días luchamos para que se naturalice.
La sangre menstrual es tan solo sangre. Y, si, se va a manchar. Mas de una vez. Pero no importa. Porque es tan solo sangre y la ropa es tan solo ropa. No hay que ponerse mal, ni tener vergüenza por eso.
Menstruación e hijos varones
no, no se va a enterar
mas adelante
Es claro por qué el tema se evita y hay tan poca educación menstrual: el niño no va a menstruar nunca, ¿para qué se lo voy a contar?
Antes que nada, destaquemos el contexto ambivalente en el cual crecen los niños. Por un lado, escuchan que la menstruación es tan solo un proceso biológico, por otro lado, que es lo más asqueroso y horrible que sucede “ahí abajo”.
En muchos casos, los niños directamente lo ignoran y su primer encuentro con el sangrado vaginal es cuando le sucede a alguna hermana o, directamente, al momento de iniciar relaciones.
Este desconocimiento e ignorancia a su vez es el que alimenta una sociedad que difunde mitos y mentiras acerca del sangrado vaginal.
Al igual que sucede con las niñas, toda la información que les des durante su crianza, posiblemente la mantengan hasta su adultez.
Para romper con los estigmas que rodean a la menstruación, hay que brindar educación menstrual a los niños.