Hace un tiempo les hablé de la Histeria. Les contaba que hace muchos años atrás se pensaba que la histeria era una “enfermedad” exclusiva de quienes tenían útero. Y saben cuál era la “cura” de la histeria? la masturbación. El médico masajeaba la vulva de la paciente, en la zona del clítoris, hasta que ella culminaba la sesión con un grito que finalizaba con un momento de paz, creyendo que con esa liberación daban solución a todos sus “problemas”.
Eran tantas las pacientes que empezaron a buscar ese masaje “Salvador” que sus manos no daban a basto. Así fue como un médico creó el vibrador o “consolador”, un dispositivo que se movía solo haciendo llegar al orgasmo, y asimismo aliviando sus tendinitis.
Ellos creían que estaban curando males, pero lo que nunca imaginaron, es que nos estaban dando los mejores orgasmos de la historia, y no con su miembro sino con un dispositivo ajeno a ellos. Esas mujeres empezaron a liberarse sexualmente, logrando sentir placer más allá de las presiones y tabúes sociales. Permitiéndose sentir placer fuera de los fines reproductivos y lejos de pensamientos en los que la mujer debería tener sexo para complacer al hombre, dejando de lado el placer que ella podría o quisiera llegar a sentir.
Estos fenómenos, tratándonos de histéricas, nos permitieron descubrir que si los dedos te cansan, existe algo que se mueve solo y da igual placer 💕
La película 🎥 Histeria relata esta historia😌